Uno de los aspectos más atractivos del pan artesano es su duración en perfecto estado. Un buen pan artesano puede durarnos más de una semana, para ello vamos a daros unos consejos para que podais aprovecharlo al máximo, sin necesidad de tener que tirarlo o desaprovecharlo porque se haya endurecido o enmohecido.
Cuando tenemos una hogaza o barra de pan artesano, lo primero que tenemos que planificar es el consumo que vamos a hacer de él en el tiempo. Si prevemos que su consumo se hará en los próximos días no hay problemas, porque una hogaza puede durar en buen estado de cinco días a una semana en la cocina, siempre y cuando tomemos la precaución de dejarlo en un lugar seco y oscuro. Para favorecer que respire adecuadamente, es aconsejable resguardarlo en una bolsa de tela o bien en una panera de madera, ya que son materiales adecuados para conservar su grado de humedad. Si, además, queremos salvaguardar todavía más su textura es aconsejable colocar dentro de la misma media patata o una rama de apio.
Evitar, eso sí, envolverlo en una bolsa de plástico, ya que esto provocará la aparición de moho.
Tampoco es recomendable meter el pan en la nevera, ya que la humedad que existe en este electrodoméstico aceleraría la aparición de moho en el pan. En cambio el pan de molde sí acepta el almacenamiento en la nevera y le ayuda a conservarse fresco más días.
Ahora bien, tenemos que tener en cuenta aquellos consumidores a los que una hogaza puede suponerles pan para varias semanas. En este caso, el congelador es un buen aliado. Conviene cortarlo en rodajas y empaquetarlas en cantidades de uso diario, ya que una vez descongelado no se puede volver a congelar. Las rodajas conviene envolverlas en film de plástico o papel de aluminio y, si es posible, etiquetarlas con una pegatina en la que pondremos la fecha de congelado para organizar su uso.
A la hora de descongelarlo, basta con dejarlo a la intemperie unos 15-20 minutos. Si no tenemos tiempo de esperar a que se descongele, se pueden meter las rebanadas en la tostadora. Esto tiene un punto a favor, ya que al calentar el pan, éste vuelve a recuperar las características que tenía recién horneado.
Y para finalizar otros dos trucos que pueden resultaros útiles si lo que queréis es aprovechar el pan que ya se ha endurecido. En este caso hay dos opciones: o bien se humedece ligeramente la corteza y luego se ornea unos diez minutos a unos 70º en el horno; o bien se puede tostar en rebanadas y puede ser consumido como biscotes.